¿Bailamos?

Después del maratón de San Sebastián de Noviembre y casi sin dar tregua al cuerpo había que ponerse a pensar ya en Manchester. Así fue, carreritas habituales de Diciembre: media maratón de Picanya-Paiporta y trail Serra Perenxisa y de nuevo al lío. Empezamos la preparación de un nuevo maratón, esta vez en Manchester, que es la ciudad donde vive mi hermano Carlos.

Si me remonto a contar como surgió esto de correr en Manchester… Denia, 6 de Agosto de 2017, piscina:

  • Carlos: “Bro, a ver si os decidís a venir a verme a Manchester”
  • Chema: “Uf la verdad es que si… Tenemos que ir”
  • Carlos: “En Manchester hay Maratón”…

8 días mas tarde (modo ansias “on”) estaba inscrito al maratón y es que estoy pillando el gustito a eso del turismo maratoniano.

Puedo decir que ya he ido a visitar a mis hermanos a sus ciudades y he corrido allí su maratón correspondiente.

Belén, te propongo un plan. Vete a vivir a Nueva York y así tendré que ir a verte y correr el maratón, bueno eso llegará… Espero que no muy tarde…

De la misma manera que en Donosti me acompañaron mis fans incondicionales, esta vez también se apuntó casi toda la tropa: Marian y Álvaro, claro!, Mamá y papá, Belén my Sister y mi suegra María Ángeles! Toda una expedición. Esta vez faltaba Pablo, Ane y Noa que no pudieron venir.

Espectacular viaje, espectaculares condiciones climatológicas para ser Reino Unido y grandísimo anfitrión, gracias Bro. 5 días que recordaremos, con sus alegrías y sus penas pero que desde luego no borraré de mi corazón.

Llegada a Manchester

Como va cambiando cada nuevo maratón y es que parece que uno le va perdiendo un poco el respecto a esto de los maratones. Recuerdo el primero, el segundo, el tercero… Los nervios de los días o incluso semanas antes… Ahora es como que si me descuido me duermo el día de la carrera… Y es que como todo en la vida, la experiencia es un aprendizaje continuo…

Había sido una preparación complicada, tuve bastantes molestias en el gemelo y las dos últimas semanas estuve casi completamente parado, sin entrenar… llegaba con muchas dudas pero con la intención de ser prudente. El cuerpo mandaba.

Lejos de tener unos días previos al maratón tranquilos, nos dimos unos buenos paseos por Manchester y Liverpool con lo que el día de antes de la carrera sentía cierta carga en las piernas aunque tenía ganas de enfrentarme nuevamente a los 42km. No sabía muy bien que iba a pasar después de haber estado lesionado. Tenía ganas de empezar a correr y de ver como me iba a sentir. Me planteé en algún momento correr sin reloj, sin tiempos, solo por sensaciones… Algún día haré un maratón así…

El sábado por la mañana, después de dos días de excursiones y de conocer la ciudad tocaba recoger el dorsal y de empezar a pensar en la carrera.

Recogiendo Dorsal

Al ser una ciudad y una carrera desconocida para mí, decidí no intentar interpretar demasiado el recorrido antes de la carrera y vivirlo como una experiencia en la que solo me limitara a ir descubriendo cada rincón, cada calle, cada kilómetro, cada milla como una aventura e ir disfrutando de cada detalle. Precisamente por ello, sólo revisé el mapa para fijar los puntos en los que estaría mi familia animando.

El sábado por la tarde – noche y después de preparar mis cosas para la carrera, Carlos y yo sobre el plano del recorrido, fijamos los puntos en los que saldrían a mi paso. Acordamos que nos veríamos en el km 19, en el 25 y en el 40.

Después de cenar pasta y beber cerveza para coger ese puntito de sueño me acosté y dormí del tirón hasta que a las 6 sonó mi despertador. El primer maratón que duermo toda la noche. Estaba muy tranquilo. Amaneció un día nublado con algo de niebla pero sin excesivo frío y sin previsiones de lluvia…. Así que genial para correr!!

Desayuné en el apartamento mientras todos mis “fans” dormían. Desayuno habitual, tostadas, nueces, chia con plátano preparado por Belén para ir bien al baño….

Sobre las 7.45 salí del apartamento hacia el estadio de Emirates Old Trafford Cricket que es donde estaba instalada la zona para los corredores para dejar bolsa con ropa seca para la finalización del maratón. Nuestro apartamento estaba alquilado estratégicamente en Trafford, cerca de la salida y meta del maratón, a un km escaso del estadio del Manchester United y del estadio de cricket.

 

Por el camino hacia el estadio disfruté del fesquito y de la mañana tranquila, respiré el aire puro y comencé a proyectar la carrera en mi mente, pasé por la recta de meta y pude visualizar el arco de llegada, visualicé el cartel de la milla 26 (km 42) y comencé a sentir los primeros nervios en mi cuerpo y ganas de comenzar a correr. Eran las 8:00 y quedaba una hora para empezar la carrera.

Milla 26 – Km 42

 

Tras dejar la mochila con el chándal y viendo la temperatura que hacía decidí salir a la carrera sin mucha ropa: Solo con manga corta y unos manguitos que podía quitarme en cualquier momento, guantes y una braguita en el cuello. Llevé puesta una sudadera vieja que más tarde dejaría abandonada en Manchester para siempre.

A las 9:00h en punto ya estábamos todos los corredores a punto en los correspondientes cajones de salida, ordenados por el tiempo que habíamos fijado como previsto en la inscripción… Comenzamos a andar hacia el arco de salida, sensación de frío por haber estado casi una hora con solo una fina sudadera y es que hacía temperatura razonable pero hablamos de Manchester.

9:10h comenzamos a correr y pasamos por la línea de salida, sensaciones raras, me orinaba, nervios, cuerpo destemplado…. A 500 metros decido parar en un lateral, primera “parada técnica”. Seguimos de nuevo y a partir de aquí comienza de verdad el maratón. Como decía anteriormente me había propuesto disfrutar de la carrera y vivir el maratón como un experiencia turística donde disfrutar de las casas, barrios, personas… y así lo hice.

Disfruté cada kilómetro, disfruté de las personas que animaban, disfruté de las casas, por cada barrio distintas, disfruté de las personas que adelantaba… Y es que sí, me pasé el 100% de la carrera adelantando a personas y disfrutando de los detalles. Quienes corréis sabéis que es mucho más confortable adelantar que ser adelantado, desde luego motiva más. Había salido en una zona muy atrasada y por ese motivo fui adelantando toda la carrera.

Me llamó mucha la atención como la gente sale a la calle a animar y a ayudar a los corredores, todos ofreciendo dulces, gominolas, etc… Otra cosa que me llamó mucho la atención fueron las iglesias por las que fuimos pasando tenían coros de personas cantando en las puertas, fue realmente bonito porque además cantaban canciones de todo tipo y animaban bastante!.

Muy pronto, en el km 7 aproximadamente pasé cerca de nuestro apartamento, en el barrio de Stretford, donde había una parada de tranvía, que sería el medio de transporte que iba a utilizar mi familia para seguirme durante todo el maratón. No esperaba ver a nadie allí pero de repente entre la gente vi a mi hermano Carlos que iba a recoger al resto de familia al apartamento. Qué alegría verle! Aproveché y le lancé mis guantes y los manguitos que ya los llevaba quitados porque ya había entrado totalmente en calor. Me pareció mágico y una señal haberlo visto entre tantísima gente.

Después de este encuentro relajé mi mente y seguí corriendo y disfrutando. Llevaba, como siempre, mis ritmos de carrera apuntados en mi brazo a modo de tatuaje para cuadrarlos y tratar de finalizar dentro de mi objetivo habitual que es bajar de 4 horas. No busco más allá de eso, no debo, mi hipertensión y esas cosas… 🙂

Esta vez, al igual que pasó en San Sebastián, no hice mucho caso o nada a mis ritmos previstos y corrí según sentía, aunque eso es peligroso porque un maratón es muy largo y si no te regulas siempre terminas pagándolo. Pues bien, corrí más rápido de lo previsto durante toda la carrera, pero vamos que me encontraba genial, mi gemelo no dolía, mis pulsaciones más o menos estaban en el sitio…. Así que no miraba demasiado el reloj.

Un maratón es bastante mental porque tienes tiempo así que durante todo el camino a parte de pensar en los míos que ahora os contaré, tuve tiempo para pensar en todas aquellas personas importantes en mi vida y que por ello les “contagio” (o les doy la brasa) con mis maratones, son muchas pero especialmente; mis amigos los 16, Eloy y Marta, Nuria, Marcos y muchos más… Y es que en muchos momentos sacas fuerzas pensando en la gente importante.

Estábamos llegando a Altrincham, que es una ciudad dentro del municipio de Trafford, me encantó y eso que solo la disfruté corriendo. Allí estaba el primer punto donde estaba mi familia, km 19. Tenia algo de intriga por verles porque me esperaba cualquier cosa!. Había muchísima gente animando y no sabía el punto exacto en le que los vería. Pasaba entre el bullicio de personas y no los veía… Empecé a agobiarme de tanta gente y de perder la concentración de la carrera para centrarme en buscarlos.  De repente entre la muchedumbre aparecieron. Fueron segundos y no me dio prácticamente tiempo a apreciar pero llevaban caretas y una pancarta en la que ponía “Go Chema” que había confeccionado mi madre que está aprendiendo Inglés, entrañable. Las caretas eras las caras de la Reina de Inglaterra, su hijo Charles el Príncipe de Gales, Camila, Robbie Williams, Freddie Mercury… Vamos! Una mezcla entre familia Real y artistas ingleses…. Jajajaja. El Viernes en nuestra excursión a Liverpool me tendieron una pequeña trampa en una tienda mientras compraban las caretas. Me dieron subidón y seguí con mi carrera.

Desde aquí y hasta el 25,5 que los volví a ver fueron kilómetros disfrutando realmente de correr y disfrutando de lo que iba descubriendo a mi paso. En el km 25 me encontraba realmente bien y al ver a mi familia me vino a la mente un video de un freak que había circulado por la red en el maratón de Nueva York que se marcó un bailecito y sin pena ni gloria me dije….. ¿BAILAMOS? Pues, porqué no! Y me puse a bailar en medio de la carrera.  Me encontraba realmente bien para estar en casi el km 26. Así que me reí un poco y afronté el resto con ganas.

Hasta el kilómetro 33 me sentí fuerte y subí mi ritmo, estaba imparable… Pero el maratón tiene la característica de que de repente pasas de estar genial a querer morirte. Y así pasó en el km 35 mis piernas y mi cabeza comenzaron a flaquear. Del 35 al 40 fue horrible aunque fui superando cada km pensando en la gente importante y dejando de lado o tratando de dejar de lado mi sufrimiento.

Este tramo de carrera fue sin dudas el más feo, pasamos por rectas larguísimas por medio de campos sin casas… eso no ayudaba, además el viento apareció y molestaba.

Llegamos al kilómetro 40 y qué alegría! Aunque mis cuádriceps echaban humo y mi cabeza solo que hacía que pensar en la meta, allí que aparece de nuevo mi familia y mi hijo Álvaro que sale y se pone a correr a mi lado. Pido réflex a mi familia, Marian tuvo que salir corriendo tras de nosotros para dármelo. Parecía que alguna rampa podía aparecer y me daba miedo. Me rocié y Álvaro se quedó ya con Marian. Gracias a los dos por apoyarme en mis locuras.

Km 40 Pidiendo Reflex. Ojo al detalle de la Señera colgada en la valla y el Reflex.

Fueron dos kilómetros y pico que se hicieron realmente largos. Afrontamos los últimos metros. La recta que había visualizado por la mañana donde no había gente ahora estaba llena de personas animando. Los últimos metros de un maratón son desde luego una mezcla de sensaciones de entre alegría y euforia por haber llegado, por haber finalizado. Además en mi caso por volver a ser maratoniano, por hacerlo por octava vez. Levanté mis brazos y marqué la entrada en meta con 8 dedos.

 

Tras finalizar y recibir la medalla y la camiseta de Finisher, cerveza sin alcohol 🙂 y camino al apartamento para ducharme e irnos de celebración con los “fans” al restaurante donde mi hermano Carlos trabajaba.

 

 

 

Ahora a pensar ya en el siguiente maratón que será dentro dentro de 6 meses, el 28 de Octubre en Frankfurt, Alemania.

 

2 comentarios en “¿Bailamos?

  1. Enhorabuena amigo!!! Eres un Crack!!!
    Me encanta, sigue sumando maratones, grandes goles a la hipertensión. Eres un ejemplo a seguir en esfuerzo y constancia. Aunque suene reiterativo, al leerte me dan ganas de empezar a correr, quizás algún día lo haga, de momento me conformo con caminar (aprox 10.000 pasos diarios), que no está mal…
    El momento «anandono de sudadera para siempre»…. sencillamente genial, y el momento baile, jajajaja, ¡¡¡y lo tienes grabado!!! fantástico, has dejado «tu huella» en Manchester 😉
    Lo dicho, cuando sea mayor, quiero ser Chema 😂
    Felicidades amigo
    Un saludo
    Ignasi

Deja un comentario